viernes, 25 de noviembre de 2011

Biografia de asesinos seriales. Andrei Chikatilo


Nació en Ucrania el 16 de Octubre de 1936, en una pequeña aldea en tiempos de hambruna, cuando morían millones de personas cuyos cadáveres se amontonan en las calles y campos, lo más cruel para el pequeño Andrei y su hermana era escuchar en el regazo de su madre como su hermano mayor, Stepan había sido raptado y devorado, aunque no era un caso aislado en aquellos duros años treinta, el hecho marcaría notablemente al niño, quien se sentía en esos momentos más solo que nunca, de hecho no existe ningún documento que informe acerca del nacimiento o muerte de Stepan pero la manera en como su madre se los contaba hacia que la historia pareciera verídica.
En la escuela era muy introvertido, incapaz de aceptar su miopía, (sus primeras gafas las tubo a los treinta años, y hasta los doce se orinó en la cama). Siempre era humillado por los otros compañeros, cualquiera podía decirle lo que fuese, él se limitaba a escuchar y a aguantar. No es de extrañar que con el tiempo, su ánimo se llenase con las lágrimas contenidas y con todas esas injurias. A medida que iba creciendo, se hacía más tímido con las mujeres, hasta el punto de hacer fracasar su primer intento sexual, por eyacular en pocos segundos mientras abrazaba una chica, de ahí surgieron los primeros rumores de su impotencia.
Como todos los ciudadanos soviéticos sirvió en el ejército y luego se dedicó a los estudios, obteniendo tres títulos: en lengua y literatura rusa, en ingeniería y en marxismo-leninismo.
En 1971, un diploma universitario le dio el grado de maestro. Sentía una creciente atracción por las menores de doce años, y se colaba en los dormitorios para verlas en ropa interior mientras se masturbaba con la mano dentro del bolsillo. Más tarde Chikatilo se refugió en el Comunismo, pero su fijación con el dogma político rayaba en la demencia.
A pesar de su problema, pudo encontrar una esposa, y aunque era incapaz de mantener una erección, sí podía eyacular. Logró alcanzar en contadísimas ocasiones la suficiente erección para dejar embarazada a su esposa, pero no dejaba de pensar, que la naturaleza lo había castigado castrándolo al nacer. Era un marido de carácter estable y trabajador, un padre que nunca levantaba la voz ante los hijos, un respetado miembro del partido comunista que leía los periódicos y se mantenía al corriente de la actualidad. Discreto, vivía con la rigurosa austeridad que corresponde a un verdadero soviético.
En la escuela en la que trabajaba, sus alumnos se reían de él, le apodaban "el ganso" porque sus largos hombros encorvados hacían que su cuello pareciese alargado, y por que lo tenían por tonto. Él no hacía nada por remediarlo, tampoco cuando le empezaron a llamar "maricón", ni cuando le pegaban arrojándole una manta por encima o cuando lo sacaban de las aulas a patadas. Después de cierto tiempo le adquirió tanto miedo a los chicos que empezó a llevar un cuchillo a su trabajo.
El 22 de diciembre de 1978, Chikatilo mató por primera vez a los 42, abordó en la calle a una niña de nueve años de edad, y la convenció para que se fuera con él a una cabaña que poseía en las afueras de la ciudad. Sabía como hablar a los niños, él mismo había sido maestro y tenía a sus dos hijos. Una vez allí la desvistió con violencia. Accidentalmente, le hizo un rasguño del que brotó sangre, hecho que le propició una erección inmediata, estableciendo el vínculo fatal entre sangre y sexo. Luego, sacó un cuchillo y se lo clavó a la niña en el estómago. Con cada puñalada notaba que se acercaba más al orgasmo, por lo que no cesó de hacerlo hasta la eyaculación. Chikatilo había intentado satisfacer su necesidad sexual movido por la esperanza de llegar a ser igual que los demás, pero no lo era. Su flacidez y las burlas de las mujeres que se lo recordaban a cada momento, era más de lo que podía esperar. También se dio cuenta de que su placer no consistía en acariciar los genitales ajenos, sino en maltratarlos.
Dos días después de este crimen la policía encontró los restos de la niña en el río Grushovka, y cerca de la cabaña de Chikatilo una gran mancha de sangre. Los policías interrogaron al hombre, pero acabaron inculpando a otro agresor sexual, Alexander Kravchenko. Chikatilo era, por las paradojas que marcaban sus actos, más dual que nunca.
Era el típico marido sumiso y asexual. Hacía todo lo que su mujer le ordenaba o casi todo. Ella solía desear los placeres del lecho con más frecuencia que él, y eso les llevaba a frecuentes discusiones, a que ella le recordase en todo momento lo taciturno e inerte que era. Su acusación de haber molestado sexualmente a los estudiantes le costo el trabajo, pero gano uno nuevo en una fabrica en el que tenia que estar viajando constantemente, siempre se estaba moviendo lo cual le ayudaba a escoger sus nuevas víctimas.
Tres años pasarían antes de que Chikatilo asesinara por segunda vez, el 3 de septiembre de 1981. Su segunda víctima fue Larisa Tkachenko de 17 años de edad, la convenció de ir con él al bosque para tener relaciones sexuales, pero fallo en el intento por lo que ella se río de él, esto lo enfureció, perdió el control, estranguló a la mujer y eyaculó sobre el cadáver, mordisqueo su garganta, le corto los senos y en su frenesí se comió los pezones.
Luego, comenzó a lanzar aullidos mientras bailaba una danza de guerra alrededor del cuerpo, dejó el cuerpo sin vida con un palo enterrado. En esos momentos supo que volvería a matar. Los dos primeros asesinatos de Chikatilo tuvieron cierto carácter fortuito. Es posible que, en ambos casos, sus intenciones fueran solamente de índole sexual. Los gritos de terror le excitaban, pero era el asesinato en sí lo que presentaba para él el acto sexual supremo.
Su tercera víctima fue Lyuba Biryuk, fue raptada de una villa y fue acuchillada 40 veces en el bosque, le mutilaron los ojos esto se volvería algo común en sus asesinatos, la firma mortal de Chikatilo.

Chikatilo asesinó a otras 3 personas ese año, entre ellas se encontraba su primera víctima masculina, Oleg Podzhivaev de 9 años de edad, el cuerpo no se encontró pero Chikatilo afirmó ser el responsable y que le había arrancado los genitales, la prensa estaba enloquecida con el asesino en serie, el modus operandi era siempre el mismo, sus víctimas siempre se encontraban en los bosques, con indicios de violencia y sadomasoquismo, y en ocasiones les faltaban miembros a las víctimas, eran niños, niñas y chicas jóvenes. Entre ellos había muchos escapados de casa y retrasados mentales, pues se dejaban convencer más fácilmente y agradecían su ayuda en el laberinto del sistema de transportes local, con el que no estaban familiarizados. En 1984 asesinó a 15 personas, mientras el tiempo entre sus asesinatos iba disminuyendo el número de víctimas iba en ascenso. Chikatilo los elegía entre la multitud en estaciones ferroviarias y en paradas de autobús, y con algún pretexto, los convencía para que lo siguieran a alguna zona boscosa. Una vez allí les infligía numerosas puñaladas (entre treinta y cincuenta). Casi todas las víctimas sufrían la mutilación de los ojos. A las adolescentes o chicas jóvenes les seccionaba los pechos o los pezones, ya fuera con sus afilados cuchillos o con los dientes. El útero era extirpado con tal precisión que todos los cirujanos de la provincia de Rosstov pasaron a ser sospechosos en potencia. Mientras las violaba, se enfurecía tanto por llegar tan rápidamente al orgasmo que les machacaba la cara a golpes. Para ocultar su impotencia, a veces, con la ayuda de una ramita, colocaba el semen en la vagina de la víctima. En el caso de los niños, los atacaba nada más hallarse a solas con ellos en el bosque: un golpe para aturdirlos con las manos atadas y unos golpes de cuchillo poco profundos para establecer su dominio sobre ellos. Posteriormente los mutilaba a mordiscos, les cortaba los genitales o solamente extirpaba los testículos, que guardaba a modo de trofeo. También arrancaba los ojos de todas sus víctimas, quizás para evitar encontrarse con sus miradas. En algunas ocasiones realizaba estas amputaciones cuando la víctima se hallaba aún con vida, aunque no consciente. En ninguno de los casos se encontraron las partes del cuerpo seccionadas en las cercanías de la escena del crimen.
Además practicaba actos de canibalismo, en sus declaraciones confesaría que le gustaba tragarse las partes del cuerpo más blanditas... En 1981, se convirtió en funcionario de abastecimiento de una fábrica, y el trabajo, que le obligaba a recorrer una buena parte de la región, le proporcionaba la tapadera perfecta.

El Instituto Serbsky de Moscú diseñó el perfil de un hombre ostensiblemente normal, probablemente casado, con un trabajo regular, y por esperma hallado en los cuerpos de sus víctimas, se supo que su sangre era del grupo AB. El 14 de septiembre de 1984, detuvieron a Chikatilo en el mercado de Rosstov, pues en líneas generales encajaba con la descripción del asesino, pero no pudieron demostrar nada más. Chikatilo parecía un hombre respetable, y tras hacerle un análisis de sangre, ésta resultó ser de grupo A. Enseguida fue puesto en libertad sin cargos. Por esas alturas, los archivos de la policía contenían datos de unos 26.500 sospechosos.
Cuando apareció el cadáver número treinta, los periódicos empezaron a dar noticias del posible asesino en serie, quienes todos creían un retrasado mental, a pesar que la policía no estaba de acuerdo, pues la amplia dispersión del asesino indicaba que éste disponía de un vehículo, factor que en Rusia era eliminativo.
Chikatilo fue acusado de haber robado un rollo de linoleo de su oficina, siete meses después con ese caso aun pendiente, fue arrestado por comportamiento impropio en la estación de autobuses de Rostov, fue sentenciado a 15 días en prisión, pero la policía creía que él era el asesino, así que compararon la sangre de Chikatilo con el semen encontrado en los cuerpos de las víctimas e inexplicablemente no era el mismo tipo de sangre, fue sentenciado a un año en cárcel por el robo del linoleo pero el juez simpatizó con él y lo liberó antes, el asesino estaba libre otra vez.
El 17 de octubre de 1990, volvió a matar en un bosque cercano a la estación de Donlesjoz. Este crimen absorbió a toda la policía local y a una fuerza antidisturbios de 100 hombres. Pero dos semanas después, Chikatilo volvió a actuar, y ésta vez fueron unos 600 detectives los encargados de investigar a lo largo de la línea de los bosques, en dónde montaban guardia tres o cuatro oficiales en los apeaderos más aislados.
El 6 de noviembre de 1990, uno de estos detectives, el sargento Igor Rybakov, vio surgir del bosque un hombre con traje y corbata. Mientras observaba cómo éste se lavaba las manos en la fuente advirtió que tenía un dedo vendado y una mejilla manchada de sangre. Le pidió los documentos y elevó un informe de rutina. Cinco días después encontraban un nuevo cadáver en ese mismo lugar el cual estimaron que llevaba muerto más o menos una semana.
El homicida tenía que haber pasado por la estación, y el culpable no podía ser otro que el sospechoso del informe de Rybakov. Lo arrestaron el 20 de noviembre, sospechoso de haber asesinado a 36 víctimas, todos ellos mujeres y niños. Su esperma, aunque no su sangre, sí era AB.

El fiscal general de la provincia de Rosstov emitiría una orden de detención contra Chikatilo, efectiva a partir del 20 de noviembre de 1990. Y ese mismo día, en efecto, fue retenido por la KGB, mientras éste con paso lento y senil decía "¿Cómo pueden hacerle esto a una persona de mi edad?". En los interrogatorios, afirmó que simplemente era un ciudadano normal, que no había cometido ningún tipo de delito, y que era objeto de una persecución absurda por parte de la policía. El 27 de noviembre prometió que estaba dispuesto a aportar pruebas de sus crímenes si no continuaban atosigándole con los interrogatorios que le recordaban los detalles, y dos días después se derrumbó ante un psicólogo a quién acabó confesando 53 asesinatos. Posteriormente guió a los investigadores a los distintos lugares con la esperanza de que el número de muertes lo convirtiera en un "espécimen de estudio científico".
Escribió una declaración firmada para el Fiscal General, que decía: "Me detuvieron el 20 de noviembre de 1990 y ha permanecido bajo custodia desde entonces. Quiero exponer mis sentimientos con sinceridad. Me hallo en un estado de profunda depresión, y reconozco que tengo impulsos sexuales perturbados, por eso he cometido ciertos actos. Anteriormente busqué ayuda psiquiátrica por mis dolores de cabeza, por la pérdida de memoria, el insomnio y los trastornos sexuales. Pero los tratamientos que me aplicaron o que yo puse en práctica no dieron resultados. Tengo esposa y dos hijos y sufro una debilidad sexual, impotencia. La gente se reía de mí porque no podía recordar nada. No me daba cuenta que me tocaba los genitales a menudo, y sólo me lo dijeron más tarde. Me siento humillado. La gente se burla de mí en el trabajo y en otras situaciones. Me he sentido degradado desde la infancia, y siempre he sufrido. En mi época escolar estaba hinchado a causa del hambre e iba vestido con harapos. Todo el mundo se metía conmigo. En la escuela estudiaba con tanta intensidad que a veces perdía la consciencia y me desmayaba. Soy un graduado universitario. Quería demostrar mi valía en el trabajo y me entregué a él por completo. La gente me valoraba pero se aprovechaba de mi carácter débil. Ahora que soy mayor, el aspecto sexual no tiene tanta importancia para mí, mis problemas son todos mentales (...) En los actos sexuales perversos experimentaba una especie de furor, una sensación de no tener freno. No podía controlar mis actos. Desde la niñez me he sentido insuficiente como hombre y como persona. Lo que hice no fue por el placer sexual, sino porque me proporcionaba cierta paz de mente y de alma durante largos periodos. Sobre todo después de contemplar todo tipo de películas sexuales. Lo que hice, lo hice después de mirar los vídeos de actos sexuales perversos, crueldades y horrores." Lo que la policía dedujo de esta declaración, es que el asesino trataba de buscarse una posible salida alegando enfermedad mental, una obsesión de tratamiento psiquiátrico.
Los psiquiatras del Instituto Serbsky, no obstante, lo veían como un sádico prudente que no sufría ningún trastorno que pudiera impedirle que sus actos estaban mal, que eran actos premeditados. Por esa razón, en octubre de 1991, dieron a conocer sus conclusiones, diagnosticando que el asesino estaba "legalmente cuerdo". El juicio de Andrei Chikatilo se iniciaba en abril de 1992, y duraría hasta octubre de ese mismo año. Éste, con la cabeza rasurada, presenció su juicio desde un cubículo de metal. El primer día deleitó a los fotógrafos esgrimiendo una revista porno, pero más tarde, abatido, se quitó la ropa y meneó el pene gritando: "Fijaos que inutilidad, ¿Qué os pensáis que iba a hacer con esto?"
Los jueces no dudaron en anunciar el veredicto que habían nominado: el 15 de octubre de 1992 fue sentenciado a la pena capital, y fue ejecutado en la prisión de Moscú el 16 de febrero de 1994.


Ted Bundy


"Un hombre guapo, elegante, romántico, tierno, encantador..."
Así lo definían sus amigos, sus novias y los que lo conocían, posiblemente lo contrario que pensasen las jóvenes que asesinó.
Nació en 1946, hijo de una joven chica soltera que provenía de una familia puritana. Es rechazado por ella durante los primeros años de su vida por ser hijo ilegítimo, y trata de disimular a su hijo, considerado como una vergüenza para la familia, tratándolo como si fuese su hermano. Bundy se crió en casa de su abuelo, un hombre violento que pegaba a su mujer.

Las secuelas de estos rechazos en la infancia, serían visibles en la adolescencia, por su carácter sumamente tímido e infantil y su tendencia a la soledad. Comienza a aislarse de sus compañeros de juego y adopta un cruel y extraño comportamiento hacia cuanto le rodea, por ejemplo, mutilando los animales que atrapa.
Más tarde cursa estudios de derecho y colabora en algún partido político trabajando activamente en las campañas. Pero en esa etapa de su vida, decepcionado por una sociedad en la que no encaja, comienza su etapa como asesino en serie.

El primero de sus crímenes tendría lugar en Washington en 1974, cuando ataca a una mujer mientras dormía golpeándola con una barra de hierro.
Apenas un mes más tarde asesina a una joven en el mismo campus universitario, llevándose el cuerpo lejos de allí una vez muerta ésta, pero dejando la habitación llena de sangre.
En todos sus crímenes adoptaba un mismo ritual: seguía a la joven víctima por las calles, luego la estrangulaba y la golpeaba en su propia casa. A veces la secuestraba para llevarla a un lugar más seguro. Una vez muerta la sodomizaba con el miembro o con el objeto que tenía más a mano mientras mordía su cuerpo.
Bundy podría considerarse un ejemplo claro de lo que sería un asesino en serie psicópata. No sólo por haber sufrido una infancia traumática, sino que además su aspecto inspiraba siempre confianza a las víctimas.

Si bien al principio cometía sus crímenes por la noche guardándose de un posible testigo que pudiese identificarlo ante un tribunal, poco a poco se iría confiando y abordaría a las futuras víctimas por el día.

Apoyado en su atractivo y su carismática personalidad, se paseaba por los supermercados pidiendo ayuda a mujeres jóvenes para conducir su coche Wolkswagen, fingiendo que tenía un brazo roto y sin que estas sospechasen lo más mínimo que hablaban con su futuro asesino.

Tras sus primeros crímenes, Bundy comienza a viajar por una buena parte del país: Washington, Utah, Colorado y Florida, dejando a su paso una serie de crímenes y secuestros.
Es arrestado una primera vez el 16 de agosto de 1974 en Utah tras ser identificado por una mujer que meses antes había intentado secuestrar. Se le condena a cumplir una pena de prisión en Colorado, pero logra escaparse antes de ser encerrado y desaparece durante más de dos meses. Dos meses que le servirían para seguir cometiendo espeluznantes crímenes, esta vez tres jóvenes entre las cuales una tan sólo contaba con 12 años.
Es nuevamente detenido en Florida. En el juicio, él mismo se defendería en tanto que abogado, apoyado por un grupo de jóvenes "fans" que reclamaban su inocencia ante las puertas del Juzgado. A pesar de todo, la prueba irrefutable que lo culpó, la aportaría un odontólogo forense, tras comparar las marcas de unos mordiscos en uno de los cadáveres con los dientes de Bundy.
Evidentemente ambos moldes coincidían. Después de seis horas de deliberación, el jurado lo condenaría al corredor de la muerte por 14 homicidios de primer grado...
Tenía una fijación especial por asesinar a mujeres jóvenes de pelo oscuro y largo, que le recordaban a su ex novia, la cual lo había rechazado unos años atrás. Pero las jóvenes víctimas vendrían a representar del mismo modo a su madre, por haberlo abandonado de pequeño. El asesino confesaría personalmente a los psiquiatras: "Toda la rabia que he estado desahogando con las mujeres que maté, estaba dirigida contra mi madre".

Podríamos considerarle como una mezcla entre asesino organizado y desorganizado. Tanto podía mostrarse con una personalidad muy inmadura, dejar indicios en el lugar del crimen, o por lo contrario prepararlo cuidadosamente, seleccionar a las víctimas y dejar pocas huellas.
Él mismo se consideraba un adicto al crimen, y aunque aseguraba que podría dejar de matar en cuanto se lo propusiese, no dejó de hacerlo hasta su detención. Aseguraba no haber matado a 14 mujeres, confesó haber asesinado y violado a 28 mujeres en los años 70.

Los múltiples test psiquiátricos realizados evaluarían una personalidad propia de esquizofrénico: Cambios de humor muy repentinos, impulsivo, sin emociones, afán de protagonismo, ataques de histeria, doble personalidad, inestabilidad emocional, rechazo a la sociedad, ansiedad, depresión, complejo de inferioridad, inmadurez, mentiras que termina por creerse él mismo, obsesivo, egocéntrico, falsa realidad adaptada por él mismo, manía persecutoria...
Ted Bundy fue ejecutado en la silla eléctrica nueve años después de su sentencia, el 24 de enero de 1989, tras haber sido culpado por haber asesinado a 14 jóvenes.


David Berkowitz - El Hijo de Sam


"Mis padres estaban constantemente preocupados por mi comportamiento extraño. Sabían que yo vivía en un mundo imaginario y no podían hacer nada contra los demonios que me atormentaban y controlaban mi mente..."
David nació el 1 de junio de 1953, fue un hijo no deseado de Betty Broder, quien lo abandonó, y fue adoptado por Nat y Pearl Berkowitz. Era un niño tímido y con baja autoestima que trataba de proyectar una apariencia autosuficiente, mintiendo y causando problemas. Su comportamiento alternaba momentos de extrema timidez, complejo de inferioridad y fuertes depresiones con arrebatos de ira y violencia desmesurada.

Su madre adoptiva murió en 1967 cuando el tenía 14 años, fue lo peor que le pudo pasar. Al no tener suerte con las mujeres, fue alimentando su odio contra ellas, además del recuerdo de su verdadera madre y lo que hizo con él confirmaba este odio.

La mente de Berkowitz no pudo asimilar tanta soledad y en su adolescencia comenzaron sus desdoblamientos (doble personalidad).
Queriendo mejorar su autoestima y al mismo tiempo vengarse de una sociedad en la que no terminaba de encajar, se compra un revólver. A los veintitrés años comienza una serie de crímenes. Sus asesinatos sembraron el terror en Nueva York entre 1976 y 1977, Berkowitz asesinó a seis personas y consiguió herir a otras siete.
El joven Berkowitz asesinaba sin razones, disparaba su revólver calibre 44 indistintamente a cualquier persona que se cruzaba en su camino, sin importarle raza, sexo o edad. A medida que pasaba el tiempo fue ganando una estremecedora seguridad en sí mismo que lo transformó en un personaje frío y sin escrúpulos, a la vez que negligente a la hora de llevar a cabo sus crímenes.
El 29 de julio de 1976, en el Bronx, N.Y., Donna Lauria de 18 años y su amiga Jody Valenti de 19, estaba dialogando en el interior del coche de Jody, enfrente de la casa de Donna. Era cerca de la 1:00 cuando un hombre se acercó al coche y sin pronunciar palabra, disparó cinco veces, matando a las dos jovenes.
El 23 de octubre de 1976, Carl Denaro de 20 años, estaba en una fiesta con su amiga Rosemary Keenan, a las 2:30, él se ofreció para llevarla a su casa. Se estacionaron frente a la casa de Rosemary y comenzaron a hablar; de repente, un hombre se acercó al carro y disparó cinco veces, pero solamente hirió a Carl en la cabeza; Rosemary condujo buscando ayuda. Aunque Carl no murió quedó dañado para el resto de su vida.
Pasado un poco más de un mes de que ocurriera el último ataque, el 26 de noviembre de 1976, Donna Lamassi de 16 años, y su amiga Joanne Lomino de 18 años, regresaban del cine en la noche. Caminaban a casa de Joanne, cuando se dieron cuenta que un hombre las seguía, así que apuraron el paso. El hombre les preguntó "Saben en dónde está...", pero antes de terminar la pregunta les disparó; las dos chicas resultaron heridas. Donna estaría bien, pero Joanne quedó parapléjica.

Las cosas permanecieron normales por dos meses, hasta el 30 de enero de 1977, cuando Christine Freuna y su prometido John Diel, regresaban de una galería en Queens a las 0:30. No se dieron cuenta que un hombre los estaba observando y se acercaba al coche, el hombre disparó dos veces, y los dos disparos dieron en la cabeza de Christine; su novio salió corriendo buscando ayuda, pero los vecinos ya habían llamado a la policía.
La investigacion del detective Joe Coffey descubrió que este asesinato coincidía con los de Donna Lauria, el ataque de Donna Lamassi y Joanne Lomino, ahora se daban cuenta que tenían frente a ellos a un psicópata con un revólver calibre 44; cabe mencionar que es un arma poco usual. Otro problema era que no se podía encontrar relación entre las víctimas.
El 8 de marzo de 1977, una joven llamada Virginia Voskerichian, regresaba de clases en la noche, cuando un hombre se le acercó y sacó un revólver calibre 44 y le apuntó a la cara. Virginia se cubrió con sus libros, pero una sola bala bastó para matarla. Un hombre presenció todo, pero cuando el asesino pasó frente a él sólo le dijo "buenas noches".

Como los investigadores temían; el 17 de abril de 1977 el asesino vuelve a atacar; Valentina Surani y su novio Alexander Esau se besaban en su coche. Eran alrededor de las 3:00 y un hombre se les acercó y les disparó 2 veces a cada uno. Los dos murieron, las evidencias decían que se trataba del mismo asesino, pero esta vez, el asesino había dejado una carta en la que se autonombraba "El Hijo de Sam" (Son of Sam). La carta estaba dirigida al capitán Joseph Borrelli, quien era uno de los principales integrantes de la operación Omega, que estaba tras el asesino del revólver calibre 44. No contento con ello, envía una carta al periódico New York Daily News que se encargaba de su caso, y en ella les agradece su atención y les promete que tendrán más de qué hablar.

El 31 de julio de 1977, una joven llamada Stacy Moskowitz y su novio Bobby Violante, regresaban de ver una película, y se detuvieron en el coche cerca de un parque. Bobby convenció a Stacy de que se bajaran a caminar, pero ella no parecía muy convencida, así que regresaron al coche. En ese momento un hombre se les acercó y les disparó; Bobby recibió dos disparos en la cara y Stacy uno en la cabeza. Horas después, Stacy murió, Bobby perdió el ojo izquierdo y sólo lograron salvarle el 20% de visiblidad en el derecho. Ese fue el último ataque de "Son of Sam" ya que un testigo logró identificarlo cuando huía del escenario del crimen.

El 10 de agosto de 1977 la policía tiene las pruebas suficientes para detener a David Berkowitz. A las 19:30 un hombre salió del edificio donde vivía Berkowitz, con una bolsa de papel en la mano. Se aproximó a un auto, y fue el momento de la detención. Le ordenaron detenerse. El oficial preguntó: "¿Ahora que te tengo; dime, a quién tengo?", "tú sabes", dijo el hombre sonriendo, "soy el hijo de Sam, David Berkowitz".
Confiesa todos sus crímenes, pero trata de alegar locura afirmando escuchar la voz de un demonio de 6,000 años reencarnado en "Sam", el perro de su vecino, el cual le daba órdenes de matar. Los psiquiatras lo diagnostican como esquizofrénico paranoide de personalidad antisocial. Berkowitz es juzgado culpable y condenado a cadena perpetua, con una pena de 365 años en una cárcel de máxima seguridad.
Una vez en la cárcel, reconoce haber formado parte de un culto satánico relacionado con Charles Manson, y asegura que sus crímenes no los cometió solo, sino que habían sido varios los tiradores con un calibre 44. "me fascinaban los temas relacionados con la brujería y el ocultismo. En 1975 conocí a unos tipos que parecían simpáticos. Eran satanistas. Ingenuamente me uní al grupo, y empecé asistiendo a los rituales. Al principio no era más que un simple participante, pero muy pronto me convertí en un verdadero adorador del Diablo. Mi cuerpo y mente le pertenecían, yo me estaba convirtiendo en una máquina de matar".
La policía neoyorquina venía ya sospechando que detrás de todos esos crímenes se hallase una secta satánica, y que Berkowitz no fuese más que uno de los adeptos de más bajo rango. La coartada perfecta para encubrir a los miembros de más posición.
Aún así, y como en la mayoría de estos casos, las mismas fuerzas de seguridad que se ocuparon del caso, trataron de ocultar todos aquellos datos que relacionaban el crimen con satanismo, siendo revelados al público más tarde gracias a las investigaciones del periodista Maury Terry.
En la prisión fué asaltado por otros reclusos y degollado, pero sobrevivió con una cicatriz de 56 puntos en el cuello.
 


Principales teóricos de la criminologia. Rafael Garófalo


Nace en Nápoles, Italia, el 18 de noviembre de 1851. Desarrollo el estudio del Derecho Penal sobre nuevas bases.
Antes de formar parte de la Escuela Positiva, Garófalo, había ya publicado algunos escritos, que serian de mucha importancia para la nueva escuela, pues daba las bases y la orientación jurídica necesaria, además de conceptos como: peligrosidad y prevención especial y general.
Para 1885 publica: Estudios recientes sobre la Penalidad, y en 1880 Criterio Positivo de la Penalidad. En 1885 sale su obra maestra: "Criminología".
Dice Gómez Grillo y dice bien que si Lombroso concibió la Criminología como Antropología Criminal y Ferri como Sociología Criminal, Garófalo no va a intentar ni uno ni otro fin. Su misión consistirá en terminar de enhebrar con fríos raciocinios éticos y sociológicos, con ajustada lógica jurídica, el enjambre conceptual del novísimo testimonio científico.
Sin duda la gran preocupación de Garófalo fue la aplicación de la teoría Criminológica a la práctica, tanto en el aspecto legislativo como en el judicial, así, hace el primer esquema de las penas de acuerdo no al delito, sino a la clasificación del delincuentes.
Aparte de las diferencias filosóficas, su desacuerdo con sus colegas fue en cuanto al determinismo absoluto, que no podía aceptar, y en cuanto a la pena de muerte, de la cual Garófalo era un ferviente partidario.
Garófalo participó en los Congresos Internacionales de Antropológia Criminal y de la Asociación Internacional de Derecho Penal.
Fue profesor de la universidad de Nápoles, y su denominación al conjunto de conocimientos referentes al crimen y al criminal: Criminología, fue la que tuvo fortuna, por encima de la Antropología lombrosiana o la Sociología ferriana.

Cesare Lombroso


Hijo de Aarón Lombroso y Zefora Levi, en 1852 se inscribió en la facultad de medicina de la Universidad de Pavía, donde se graduó en 1858. Al poco tiempo participó en campañas contra la pelagra en Lombardía, contribuyendo con la educación de los campesinos pobres. En 1866 fue nombrado profesor extraordinario en la Universidad de Pavía y en 1871 asumió la dirección del manicomio de Pésaro. En 1871 fue nombrado profesor de medicina legal en la Universidad de Turín.
Casado en 1870 con Nina De Benedetti, tuvo cinco hijos; la segunda de ellos, Gina Lombroso Ferrero, escribió su biografía.
Lombroso dijo que las causas de la criminalidad son de acuerdo con la forma, causas físicas y biológicas.
Un aspecto particularmente difundido de la obra de Lombroso es la concepción del delito como resultado de tendencias innatas, de orden genético, observables en ciertos rasgos físicos o fisonómicos de los delincuentes habituales (asimetrías craneales, determinadas formas de mandíbula, orejas, arcos superciliares, etc.). Sin embargo, en sus obras se mencionan también como factores criminógenos el clima, la orografía, el grado de civilización, la densidad de población, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la posición económica y hasta la religión
Un rasgo llamativo en su obra es la crudeza con que expone algunas de sus conclusiones, que resulta aún más chocante a la luz de las ideas que predominan en la criminología luego del ocaso de la escuela positiva. Esta crudeza puede deberse a la tendencia positivista a despojar el discurso científico de toda otra consideración aparte de la mera descripción de la realidad, eludiendo juicios morales o sentimentales.
Por ejemplo, refiriéndose a lo que él llama la terapia del delito, dice:
"En realidad, para los criminales natos adultos no hay muchos remedios: es necesario o bien secuestrarlos para siempre, en los casos de los incorregibles, o suprimirlos, cuando su incorregibilidad los torna demasiado peligrosos"
Otro rasgo característico de la obra de Lombroso es la precariedad de su método científico, frecuentemente de la observación empírica, a veces sobre la población, y de relaciones de causalidad escasamente fundadas. Por ejemplo, de la comparación entre la temperatura anual media en las distintas provincias de Italia y el índice de homicidios en cada una de ellas concluye Lombroso que el calor favorece este tipo de delitos.
La posición según la cual los delitos son producto de estos diversos factores determinantes, lleva lógicamente a bregar por un código penal que los prevea y ajuste las condenas a la existencia de esos mismos factores, dejando de lado las preocupaciones de la llamada dogmática penal. La pena tiene como objetivo según Lombroso la defensa social, entendida como neutralización del peligro que para la sociedad representan ciertos individuos que no pueden dominar sus tendencias criminales. Al mismo tiempo, tiene el fin de intentar una readaptación en los casos en que fuera posible.
La concepción de Lombroso torna irrelevante el estudio de la imputabilidad del sujeto, puesto que –según se deriva lógicamente de sus postulados– todos los criminales son inimputables, y cuanto menor sea su responsabilidad, mayor es su peligrosidad. Esta idea se opone agudamente a las concepciones más frecuentes entre abogados y juristas, a quienes Lombroso criticó, sosteniendo que pretendían aminorar la pena precisamente para los individuos más peligrosos.

Enrico Ferri


Ferri nació en Mantua, Lombardía el 25 de febrero de 1856, y trabajó como profesor de derecho penal, pasando un tiempo como estudiante de Cesare Lombroso. Se doctoró en la Universidad de Bolonia en 1878, con la elaboración de una tesis intitulada "Teoría de la Imputabilidad y Negación del Libre Albedrío", trabajo que le mereció una oportunidad de trasladarse a Pisa, donde fue alumno del renombrado Francisco Carrara.
Mientras que Lombroso investigó sobre la antropología criminal, Ferri se enfocó en las influencias sociales y económicas del criminal.
Sus investigaciones lo llevaron a postular teorías que llamaban a métodos de prevención del crimen, en lugar de enfocar los esfuerzos del poder punitivo en castigar a los delincuentes. Ferri se volvió uno de los fundadores de la escuela positivista.
Ferri fue electo para el parlamento italiano en 1886. En 1893 se unió al Partido Socialista Italiano, y fue editor de su diario, Avanti. En 1900 y 1904 se dirigió al congreso en contra de los roles de ministros socialistas en los gobiernos burgueses.
Ferri favoreció la neutralidad de Italia durante la Primera Guerra Mundial, y fue re-electo como diputado del partido socialista en 1921.

Ferri consideró que las razones por las cuales el hombre es delincuente son ajenas a su voluntad, el delito para Ferri no existe, existen enfermedades que bien ha heredado o las adquirió en el transcurso de su vida.
Cuestionó el énfasis en características fisiológicas de los criminales, campo de estudio de Lombroso. En su lugar, se centró en el estudio de las características psicológicas, que creía eran las responsables del desarrollo de la criminalidad en el individuo. Estas características incluían el habla, la escritura, los símbolos secretos, el arte y la literatura, así como la insensibilidad moral y la falta de repugnancia a la idea y ejecución de la ofensa, previo a su comisión, y la ausencia de remordimiento después de cometerla.
Alegó que los sentimientos como la religión, el honor y la lealtad no contribuían al comportamiento criminal, pues estas ideas eran muy complicadas para tener un impacto definitivo en la moral básica de las personas. Argumentó que eran otros sentimientos, como el odio, el amor, la vanidad los que influenciaban grandemente pues tenían más control sobre la moral de las personas.
Resumió su teoría al definir la psicología criminal como una resistencia defectuosa de las tendencias criminales y las tentaciones, debido a una impulsividad desbalanceada que caracteriza solo a los niños y a los salvajes.

Tecnicas criminalísticas


Las técnicas que se utilizan en auditoría para la recolección de información se clasifican en:
Verbales
Oculares
Documentales
Escritas

Verbales
Consisten en obtener información oral mediante averiguaciones o indagaciones dentro o fuera de la entidad, sobre posibles puntos débiles en la aplicación de los procedimientos, prácticas de control interno u otras situaciones que el auditor considere relevantes para su trabajo.
La evidencia que se obtenga a través de esta técnica, debe documentarse adecuadamente mediante papeles de trabajo preparados por el auditor, en los cuales se describan las partes involucradas y los aspectos tratados.
Las técnicas verbales pueden ser:
Indagación: Consiste en la averiguación mediante la aplicación de entrevistas directas al personal de la entidad auditada o a terceros, cuyas actividades guarden relación con las operaciones de esta
Encuestas y Cuestionarios: Es la aplicación de preguntas, relacionadas con las operaciones realizadas por el ente auditado, para conocer la verdad de los hechos, situaciones u operaciones.

Oculares
Consisten en verificar en forma directa y paralela, la manera como los responsables desarrollan y documentan los procesos o procedimientos, mediante los cuales la entidad auditada ejecuta las actividades objeto de control.
Esta técnica permite tener una visión de la organización desde el ángulo que el auditor necesita, o sea, los procesos, las instalaciones físicas, los movimientos diarios, la relación con el entorno, etc.
Las técnicas oculares pueden ser:
- Observación: Consiste en la contemplación a simple vista, que realiza el auditor durante la ejecución de una actividad o proceso.
- Comparación o confrontación: Es cuando se fija la atencion en las operaciones realizadas por la entidad auditada y en los lineamientos normativos, técnicos y prácticos establecidos, para descubrir sus relaciones e identificar sus diferencias y semejanzas.
- Revisión selectiva: Radica en el examen de ciertas características importantes, que debe cumplir una actividad, informes o documentos, seleccionándose así parte de las operaciones, que serán evaluadas o verificadas en la ejecución de la auditoría.
- Rastreo: Es el seguimiento que se hace al proceso de una operación, con el objetivo de conocer y evaluar su ejecución.

Documentales
Consisten en obtener información escrita para soportar las afirmaciones, análisis o estudios realizados por los auditores.
Estas pueden ser:
- Comprobación: Consiste en verificar la evidencia que apoya o sustenta una operación o transacción, con el fin de corroborar su autoridad, lealtad, integridad, propiedad, veracidad mediante el examen de los documentos que las justifican.
- Computación: Es el análisis de documentos, datos o hechos asistidos por computador y los software especializados.
- Revisión Analítica: Consiste en el análisis de índices, indicadores, tendencias y la investigación de las fluctuaciones, variaciones y relaciones que resulten inconsistentes o se desvíen de las operaciones pronosticadas.

Escritas
Consiste en reflejar información importante, para el trabajo del auditor.
Esta técnica se aplica de las formas siguientes:
- Análisis: Consiste en la separación de los elementos o partes que conforman una operación, actividad, transacción o proceso, con el propósito de establecer sus propiedades y conformidad con los criterios de orden normativo y técnico. Permite identificar y clasificar para su posterior análisis, todos los aspectos de mayor significación y que en un momento dado pueden afectar la operatividad de la entidad auditada.

- Conciliación: Consiste en confrontar información producida por diferentes unidades administrativas o instituciones, en relación con una misma operación o actividad, a efectos de hacerla coincidir, lo que permite determinar la validez, veracidad e idoneidad de los registros, informes y resultados objeto de examen.

- Confirmación: Radica en corroborar la verdad, certeza o probabilidad de hechos, situaciones, sucesos u operaciones, mediante datos o información obtenidos de manera directa y por escrito de los funcionarios o terceros que participan o ejecutan las operaciones sujetas a verificación.